Agradecimientos
Gonzalo Sanchez de Lozada
Jacques Chirac
Manuel Marín
PhilippeRosillon
Philippe Douste-Blazy
Alberto BaileyGutierrez
Jean MichelMarlaud
Carlos AntonioCarrasco

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sta exposición, organizada par la Unión Latina con el apoyo de los Gobiernos de Bolivia y Francia, presenta por primera vez ante un público europeo considerable un arte aún poco conocido que, no obstante, debería aparecer en el Museo Imaginario que tenemos cada uno de nosotros. Este arte es el producto de un encuentro entre dos universos. El arte religioso europeo, español, aunque también italiano y ante todo flamenco, se vió confrontado a un mundo radicalmente diferente. Hacerle frente de forma directa era imposible debido al dominio material español. Las creencias precolombinas no tardaron por consiguiente en deslizarse en los hábitos de la religión europea. Así nacieron estos ángeles y arcángeles, cuyos nombres provienen sin duda alguna de obras de autores sagrados del Viejo Continente, pero que dominan los elementos naturales así como sucedió con los antiguos dioses andinos, de los que no son en el fondo más que simples transformaciones. La misma Virgen se confunde con la Pachamama, la Diosa -Tierra, como lo testimonia la “Virgen del Cerro” presente en esta exposición. Las primeras naciones que poblaron la actual Bolivia supieron resistir al impacto de la colonización. Asimilaron el aporte europeo y lo utilizaron en su propio proceso de creación. El italiano Bitti, el español Zurbarán o el Flamenco Martín de Vos tienen sin duda una influencia, pero muy rápidamente surgen pintores originales, como el Maestro de Calamarca u Holguín. En la parte oriental del país. Las poblaciones indígenas, reunidas en las “reducciones” jesuitas de Moxos y Chiquitos, se inician en 1a música europea, fabrican sus propios instrumentos, componen obras originales después de la expulsión de los Jesuitas en 1767. Esta capacidad creadora se desarrolló a pesar de la opresión colonial, íntegramente orientada hacia la explotación de las riquezas mineras de lo que se llamaba entonces el Alto Perú y, en particular, de Potosí en donde, según los cronistas, se desempedraba las calles por donde pasaría la procesión de Corpus Christi para ser nuevamente empedradas con lingotes de plata ... riquezas obtenidas a costa de millones de vidas humanas, sacrificadas al interior de las galerías de las minas. Después de la independencia, en 1825. nace la Bolivia moderna: su mismo nombre es un homenaje al “Libertador” Bolívar, su capital es rebautizada Sucre, en honor al Mariscal que venció a los españoles en Ayacucho. La organización implantada recorta el país en departamentos que ignoran los limites nacidos de la historia y desmembran las comunidades indígenas, llamadas Ayllus.

JEAN MICHEL MARLAUD
Embajador de Francia en Bolivia