Se trata de un trabajo informativo destinado a los miles de visitantes que llegan a Potosí atraídos por su variada y majestuosa arquitectura, el caudal histórico de su renombre universal y por la reconocida tradición de su fatigado ciclo de acuñacion que se inicia en 1575 y conclaye en 1953.
La Casa Real de Moneda - la segunda que se levantó en la Villa Imperial - fue convertida en Museo de Arte Retrospectivo y Archivo Historico en 1930 quedando en su impresionante fortaleza numerosas máquinas coloniales como las de laminacion de metal de plata que venciendo mares, pampas y cordilleras desde España llegan a estas alturas en agosto de 1753 despues de quince meses de un costoso periplo a cargo de cuidadosos funcionarios.
Los instrumentos de acuñación, los troqueles y las propias monedas que se conservan en diferentes secciones constituyen un testimonio invalorable de la historia monetaria de América y Bolivia y más aún de Potosí que fue el "nervio del Reino" por la inagotable riqueza de su Cerro Rico que dio lugar al surgimiento de un "capitalismo de plata y dinero que irrevocablemente cambio la fisonomía económica del mundo".
Durante los quince años de lucha libertaria de 1809 a 1825 la Casa de Moneda se convirtió en el más codiciado botín de realistas y patriotas que por igual buscaban recursos para mantener a sus ejércitos. Y en los interregnos de los enfrentamientos inclusive se acuñaron los primeros signos monetarios para la naciente República Argentina o medallas para los jefes peninsulares.
Concluido el largo periodo de dominio español la fabricacion de monedas continua en la ceca potosina por 128 años más experimentando el cambio tecnológico o la aplicación de nuevas ideas y conceptos de los sistemas monetarios. Viejas pero fornidas máquinas y llamativos cuños quedan aun como en un libro abierto para saciar la curiosidad de entendidos y profanos.
Las cambiantes decadas y centurias de amonedación con lenguaje sencillo - como si fuera una explicación para el turista ligero de equipaje y de tiempo - se hallan en los capítulos de este recuento de la agitada pero apasionante historia monetaria del antiguo Alto Perú, hoy Bolivia. Su lectura significa, sin duda, un reencuentro con el pasado, del cual surge una brisa de esperanza y un augural soplo de porvenir.
Sus autores, en su mayoría, trabajan diariamente como Guías del Museo, agarradora tarea que lleva a la investigación histórica. En sus trabajos se refleja desde el encanto de su sitio revelador hasta las nostalgias de un tiempo que fue y que, por ello, ya no volverá pero que vale como verídica evocación que muestra la grandeza de América con su generosidad sin limites y sus irrefrenables ansias de libertad y hermandad.
El mayor reconocimiento al Banco Central de Bolivia por hacer posible la edición de esta obra que solamente aspira a informar y divulgar el patrimonio de un centro extraordinario porque "no hay parte del mundo civilizado, ni museo histórico numismático que no contenga cien veces el nombre de Potosí y el de su Real Casa de Moneda, una de las más conocidas del orbe..."