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bien sabido que un escudo de armas es un campo o superficie donde se pintan
los blasones de una nación, ciudad o familia.
Blasón es cada una de las figuras que se pintan en el escudo y que representan los atributos de los sujetos mencionados. Todo blasón se compone esencialmente del fondo y, sobre el, de las figuras representativas, de un hecho memorable o bien de emblemas de guerra, de la justicia, de la ciencia, etc. La naturaleza de esas figuras, su color y la posición en que se encuentran tienen mucha importancia dentro del arte de describirlos, que se llama Heráldica, su conocimiento permite dar a cada atributo la figura adecuada. Los colores son siete, de
los cuales dos corresponden a los metales oro y plata, representados por
el amarillo y el blanco, respectivamente.
El empleo de estos colores no excluye otros necesarios para representar a los animales, plantas, astros y objetos, pero es regla absoluta no colocar metal sobre metal ni esmalte sobre esmalte. De acuerdo con esta regla, sería un despropósito proponer, por ejemplo, león de oro sobre campo de plata, o alpaca de azul sobre campo de gules. Las divisiones o particiones
del escudo se llaman cuarteles y cada uno de ellos tiene distinto significado:
Hay otras denominaciones
para los escudos, que no vienen al caso, pues corresponden más al
viejo mundo que a Sudamérica.
En cualquier república, surgida por voluntad de los hombres que habitan en el territorio, existen símbolos sagrados alrededor de los cuales nace y crece el amor al suelo, donde las nuevas generaciones heredaran el patriotismo y el civismo de sus mayores y habrán de hacer grande y poderosa a esa Patria que, con toda seguridad, ha costado la sangre de quienes ofrendaron sus vidas para hacer realidad el sueño de libertad. Esos símbolos son: el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional. Pero, cuando la politiquería, los intereses creados y el regionalismo relegan esos emblemas a planos secundarios, anteponiendo otros de conveniencia sectaria, una gran anarquía amenaza la estabilidad de la Nación. En el caso de nuestro país, lamentablemente, estos símbolos, especialmente el Escudo de Armas, no han merecido la consideración ni la atención que en otros países se consagra a sus respectivos emblemas patrios. Me tomo la libertad de hacer esta afirmación, basado en una investigación que me ha permitido tener una colección con más de setecientas figuras del Escudo Nacional, que difieren entre sí notablemente. Desde su creación, la Honorable Asamblea General de la República de Bolivar dicta el decreto del 17 de agosto de 1825 (ver decretos), nuestro Escudo de Armas ha sufrido una serie de reformas y deformaciones en su estructura original. En el primer caso, por disposiciones legales que suprimían o aumentaban elementos, adecuados o no a la imagen de la República; en el segundo, por incapacidad o negligencia en la interpretación de los decretos pare obtener el diseño correcto. La Ley del 26 de julio de
1826, dice:
Posteriormente y durante el gobierno del general Manuel Isidoro Belzu, mediante Ley del 5 de noviembre de 1851, el Gorro Frigio es sustituido por el Cóndor de Bolivia. Artículo
2° En el Escudo de Armas sustituirá también el
Cóndor de Bolivia al Gorro Frigio."
El Decreto Supremo del 1
de enero de 1924, promulgado por el Presidente Dr. Bautista Saavedra, consagra
como emblema nacional a la flor de la khantuta, en reemplazo de la media
corona de olivo y laurel, en los siguientes términos:
Durante el gobierno del Presidente Gral. René Barrientos Ortuño se añadió al Escudo de Armas una estrella más a las nueve ya existentes, en homenaje al Litoral cautivo, usurpado en la guerra injusta de 1879. Cabe la posibilidad de que existan otros instrumentos jurídicos que modifiquen los elementos de nuestro Escudo; pero si no fuera así, en cambio hay personas que, arbitrariamente, se encargan de hacerlo, pues cuando tienen la responsabilidad de ejecutar la pintura o el dibujo, los efectúan a su modo, sin molestarse en consultar la documentación relacionada con nuestro Emblema Patrio. |