CON EL ALMA A TRINIDAD
Voy cantando a mi pueblo
Trinidad
desgranando recuerdos en
sirarís,
en la flor rosadita del
tajibo,
en el viento que silba en
un mangal.
En el grito del camba arreando
al toro,
en la "taba" que imita un
carretón
cuando juegan a "grandes"
los muchachos,
bañaditos de luna
y de jabón.
Bienvenidos la moto y el
camión
que trajeron progreso a
mi ciudad,
mas yo canto al chirrido
del trapiche
al "melao" y al rosquete
de alfeñique.
A las tiendas con dulces
de molienda
hoy vestidas "de uva" y
mocochinche,
a los hombres guapotes,
que a caballo,
visitaban la novia y el
pariente.
A la tierra que vibra sin
aliento
añorando el espasmo
que la lluvia
provocaba en su vientre
sin cemento
hasta hacerla surgir en
pasto y flor.
A la dicha de ver cielo sin
nubes
de tormentas, de enconos
y rencores,
con saber a la ternura que
nos llega
desde el alma amando lo
que es nuestro.