NUESTRO PUEBLO YA NO ES
EL MISMO
Que‚ triste quedarías,
madre mía
si volvieras a buscar lo
que no está;
ya la casa que dejaste,
ha cambiado
y el jazmín que había
en el patio. Se secó.
No se escucha más
la risa cristalina
de muchachas quinceañeras
del ayer,
y la luna consolando soledades
hacia el monte, resentida
se nos fue.
No hay guitarras llorando
en la ventana
y aquel piano que tocabas,
¿dónde está?
el silencio en las noches
de tu pueblo,
mil bocinas lo atraviesan
sin piedad.
Ya no van los románticos
cantores
con la novia, el arroyito
a navegar,
ya no están ni Zeballos,
ni Ganoza
con su música, haciéndonos
soñar...
Qué‚ triste quedarías,
madre mía
si volvieras a buscar lo
que no está;
el rocío al caminar
por las mañanas
en cemento y en ladrillo
se tornó.
Ya no hay alma en cada esquina,
en cada cosa que dejaste,
el progreso las cambio,
y es muy triste escuchar
tan sólo el eco
de las voces que el destino
se llevó.